jueves, 25 de febrero de 2010

02-La Historia en España

En 1952, como el prólogo apunta brevemente, España estaba en camino franco de olvidar ya las secuelas de su guerra civil y, como en Italia, necesitaba facilitar el desplazamiento de sus gentes como necesidad para la ampliación de sus industrias.
Spartaco G. Boldori Malandri es amigo personal del Sr. Piaggio representante de Fiat en España. No es el Sr. Boldori uno de los escépticos, sino uno de los entusiastas y propone al Sr. Piaggio montaje de una fábrica en Madrid. La idea es aceptada s reservas; pero las ideas necesitan hombres y nombres para convertirse en realidad. Y para que tome cuerpo la propuesta del Sr. Boldori, será decisiva la colaboración de Juan Llado, consejero delegado entonces del Banco Urquijo. El primer director de MotoVespa será Lelio Pellegrini Quarantotti quien, con un extraordinario grupo de colaboradores entusiastas, logra en pocos meses poner en la calle la primera VESPA de 125 cc. en febrero de 1953.
"Nel mezzo del cammin di nostra vita...", en palabras de Dante, Sr. Pellegrini fue objeto de un reconocido homenaje que le rindiere sus amigos de España entera por su capacidad de mando y su extraordinaria condición humana.
En 1969 fue nombrado consejero delegado, y vicepresidente diez años después.
En aquellos años, tiene un papel importante, de coordinación con Piaggio y de supervisión el Sr. Del Corso con sus frecuentes visitas a Madrid.
Otro nombre importante fue el de Pió Papineschi Magnozzi que, llegado a Moto Vespa como responsable de la Administración en 1952, accedió a director general de Moto Vespa en 1971, en un momento difícil de la Sociedad, hasta que fue nombrado consejero delegado en 1985 y vicepresidente en 1987.
Ya era por entonces presidente del Consejo de Administración José María Rovira Burgada que ocupó la presidencia durante 28 años. La dedicación, el esfuerzo, el interés y la eficacia del S Rovira fueron su guión y su bandera hasta su muerte en 1983 (veinte días antes que el Sr. Pellegrini).
Estos hombres, después del Sr. Del Corso, muerto en 1972 contaron con la valiosa ayuda, comprensión y empuje personal del Sr. Rinaldo Marsano Piaggio, vocal del Consejo de Administración de Moto Vespa, que fue también director general de Piaggio & C.S.p.A. de la que es vicepresidente actualmente.
La colaboración técnica, comercial, financiera y de gestión de todo género recibida por su impulso personal durante sus frecuente visitas a Madrid, permitieron a la empresa el verdadero despegue auge de los últimos años de la década de los setenta y primeros del ochenta.
Durante todos estos años, al mando de esos hombres, Moto Vespa se consolida como empresa y realidad industrial española, ofreciendo al comprador la satisfacción que éste solicita: mantiene el prestigio de marca, un buen nivel de asistencia al cliente y una buena relación calidad-precio. Y monta una eficaz red de ventas, con entusiastas colaboradores de la marca.
En definitiva, crea y administra con atención y prudencia un gran patrimonio de imagen, superando con tesón los momentos difíciles y delicados de su historia.
A finales del 1983 Leopoldo Calvo-Sotelo sucede al Sr. Rovira en la presidencia no ejecutiva de Moto-Vespa; pocos meses más tarde Giorgio Brazzelli es nombrado consejero-delegado de Piaggio & Cía., S.p.A; el Sr. Brazzelli se incorpora pronto al Consejo de Moto Vespa y desde él confirma el propósito del grupo Piaggio de reforzar su presencia industrial y comercial en España al amparo de las favorables circunstancias que va a crear la adhesión de nuestro país a las Comunidades Europeas.
Y llegamos al 1985, año en que es nombrado director general Gian Cario Sartori Panero, que lleva ocho años en la empresa con diferentes cargos. Este mismo año, comienza una renovación natural de varios puestos de alta responsabilidad ejecutiva de la empresa, con hombres de una nueva generación, que aceptan el desafío de la entrada de España en el Mercado Común demostrando el mismo entusiasmo que sus predecesores mostraron en otros momentos clave de la vida de la empresa, haciéndose así merecedores de ser los "continuadores" de la gran labor iniciada en 1952.
Esta renovación se concreta en 1987 con el nombramiento del señor Sartori a consejero delegado-director general, como máximo responsable ejecutivo de la Sociedad.

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